jueves, 20 de diciembre de 2018

Guerra a las pajitas de plástico | BuenaVida

Europa veta la venta de pajitas, bastoncillos y cubiertos de plástico



Las instituciones de la UE alcanzan un acuerdo para luchar contra la contaminación marina a partir de 2021

Es uno de los grandes retos medioambientales del siglo XXI: acabar con la plaga de plástico que inunda los mares. Y la Unión Europea pretende ponerse a la cabeza de esta lucha y no permitirá la venta de bastoncillos de los oídos, pajitas y cubiertos de plástico, entre otros productos de un solo uso. Estos objetos están entre los 10 residuos que con más frecuencia se encuentran en las playas europeas. Y las instituciones de la UE han cerrado en un tiempo récord un acuerdo para vetar su comercialización. Ahora los países disponen hasta 2021 para trasladar esta directiva a su legislación.

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El del plástico es un problema medioambiental relativamente nuevo. En 1950 la producción de plástico en todo el mundo rondaba solo los 1,7 millones de toneladas, según los datos de la patronal PasticsEurope. En 2016, la producción había llegado ya hasta los 335 millones. Y el problema es la baja reutilización de los plásticos. Según los datos de la propia Comisión, solo un 30% de los residuos de plástico de la UE se recogen para ser reciclados. Y, lo que no se recoge, en muchas ocasiones acaba en el mar y las playas.

Bruselas lanzó su propuesta de futura directiva en mayo. Y este miércoles por la mañana, tras más de 12 horas de negociación, la Comisión ha logrado un acuerdo con el Parlamento y los representantes de los Veintiocho. Los ministros de los Estados miembros aprobarán este jueves en el Consejo Europeo el preacuerdo político cerrado este miércoles. Y está previsto que la Eurocámara haga lo mismo en el primer trimestre de 2019.

La nueva directiva, que se encuadra en la estrategia de plásticos, utiliza como base un estudio que realizó en 2016 el Centro Común de Investigación de la Comisión, conocido por las siglas JRC, sobre las basuras que se acumulan en las playas europeas. Aquel informe concluía que el 84% de los residuos encontrados eran plásticos. Y ofrecía un listado de los desperdicios más presentes en las playas con medidas para reducir su uso, que es lo que se usa ahora para la futura prohibición.

"Somos pioneros en la aplicación de esta estrategia. El resto del mundo nos está mirando", ha valorado el director general de Medio Ambiente de la Comisión Europea, Daniel Calleja. "Europa tiene ahora un modelo legislativo que defender y promover a nivel internacional", ha añadido a través de un comunicado la eurodiputada Frédérique Ries.

Los productos que se eliminarán de los supermercados son, según destaca la Comisión, los de usar y tirar que cuentan con "alternativas fácilmente disponibles y asequibles". El acuerdo también incluye otras medidas, como que las botellas de plástico contengan un 25% de material reciclado en 2025 y un 30% en 2030. También, que el 90% de esas botellas entren en el sistema de reciclaje para 2029.

La directiva acordada por las instituciones europeas también obligará a que determinados productos reseñen en sus etiquetas el impacto negativo medioambiental que generan. Se les exigirá, por ejemplo, a los cigarrillos con filtro y a las toallitas húmedas y sanitarias.

Greenpeace aplaude estas medidas, "pioneras", para "eliminar y reducir los plásticos de un solo uso". La responsable de la campaña de plásticos de la ONG, Alba García, ha valorado lo acordado aunque ha sostenido que la UE podría haber sido más ambiciosa y haber exigido más a los productores.

martes, 18 de diciembre de 2018

¿Cuánta agua derrochamos con la comida que tiramos



Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid han llevado a cabo un estudio de los hábitos de consumo de alimentos y de los patrones de desperdicio de los mismos en los hogares españoles para evaluar los impactos en los recursos hídricos domésticos e identificar posibles vías para evitar malgastar agua.
Las conclusiones señalan que el tipo de dieta influye más que el desperdicio de productos en la huella hídrica relacionada con los alimentos. Así, la opción de ingerir dietas más sostenibles y saludables podría generar importantes beneficios colaterales en el medio ambiente en relación con la tierra, la energía y el agua.
Se estima que para el año 2050 seremos más de 9 mil millones de personas en el mundo. Este aumento de población, junto con el hecho de vivir en una sociedad cada vez más urbana, hace que nos enfrentemos a un reto de grandes dimensiones: producir más alimentos con el fin de abastecer a toda la población mundial con unos patrones de consumo cambiantes.
Según la FAO (Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), se necesitará producir entre un 50-60% más de alimentos en las próximas décadas y, todo ello, sin comprometer el medio ambiente y bajo un escenario de cambio climático.
Incrementar la oferta

viernes, 14 de diciembre de 2018

Sobrevivir en un mundo tóxico



Nos enfrentamos a los 10 años más decisivos de la historia de la humanidad y las medias tintas no valen: los actuales compromisos de reducción de emisiones contaminantes son insuficientes
Después de la posverdad y las fake news, la palabra de este año para el diccionario Oxford es tóxico. Océanos invadidos por plásticos; aire contaminado que, solo en España, causa más de 10.000 muertes al año; cambio climático que expulsa a personas de sus tierras porque ya no pueden sobrevivir... Según el informe Frontiers 2017 de la ONU, cada segundo una persona se ve obligada a abandonar su hogar por causas relacionadas con el cambio climático.
La Cumbre Mundial del Clima que se celebra estos días en Polonia tiene en sus manos dejar atrás un modelo basado en energías contaminantes y construir una nueva economía libre de emisiones de gases de efecto invernadero. La ciencia ya ha hablado y ha sido contundente. Nos enfrentamos a los 10 años más decisivos de la historia de la humanidad y las medias tintas no valen: los actuales compromisos de reducción de emisiones de CO2 por parte de los países más desarrollados (en 2017, aumentaron un 1,5%) son insuficientes y nos llevarían a un calentamiento de más de tres grados a final de siglo. “Se trata de una cuestión de vida o muerte para muchas personas, regiones e incluso países”, señalaba el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, al inaugurar la cumbre.
Como bien describe la antropóloga y activista ecofeminista Yayo Herrero, está en juego la sostenibilidad de la vida: “¿Cómo garantizar condiciones de vida digna para las mayorías sociales —alimento, vivienda, tiempo para los proyectos propios, educación, salud, poder colectivo, corresponsabilidad en los cuidados…— en un planeta parcialmente agotado y con un calentamiento global irreversible?”. Toca ponerlo todo patas arriba al más puro estilo Galeano porque las recetas de siempre no sirven y necesitamos un cambio de raíz en nuestra forma de relacionarnos con la Tierra, nuestra casa común, y sus recursos.

miércoles, 12 de diciembre de 2018

Un tercio de los ríos españoles tiene un exceso de sales


Un tercio de los ríos españoles tiene un exceso de sales
La salinidad supone un problema con graves impactos medioambientales, económicos y de salud global
 Uno de cada tres ríos peninsulares está salinizado por el impacto, en especial, de la actividad agrícola y la urbanización del territorio. Este grave problema medioambiental afectará cada vez a más ecosistemas hídricos en todo el mundo debido al calentamiento global, el consumo creciente de agua y la explotación de los recursos naturales del suelo.
 Estas son algunas líneas rojas que revela el volumen especial sobre la salinización de los ecosistemas acuáticos, publicado en diciembre en la revista Philosophical Transactions of the Royal Society B, y editado por los expertos Miguel Cañedo-Argüelles, miembro del Grupo de Investigación Freshwater Ecology, Hydrology and Management (FEHM-UB) y del Instituto del Agua de la Universidad de Barcelona (IdRA); Ben Kefford (Universidad de Canberra, Australia), y Ralf B. Schäfer (Universidad de Koblenz-Landau, Alemania).
 También participan en el trabajo los investigadores del FEHM-UB Núria Bonada (UB-IRBio), Cayetano Gutiérrez Cánovas, Raúl Acosta y Pau Fortuño; Neus Otero y Albert Soler, del Grupo de Investigación de Mineralogía Aplicada y Medio Ambiente (MaiMa) de la Facultad de Ciencias de la Tierra de la UB; David Saurí y Santiago Gorostiza (UAB), así como expertos del Instituto de Hidráulica Ambiental de la Universidad de Cantabria, la Universidad de Murcia, la Universidad de Castilla-La Mancha y el Instituto de Productos Naturales y Agrobiología (IPNA-CSIC) de Canarias, entre otros.
 Ríos con exceso de sal: el componente humano
 La salinización es una grave amenaza medioambiental en todo el planeta, y algunos de los ejemplos más extremos de ello se encuentran en ríos de Australia.
 De igual modo, en algunas cuencas fluviales de la Península —el torrente de Soldevila en Sallent (Barcelona), la llanura del río Ebro o la región de Murcia—, algunos ríos tienen salinidades tres o cuatro veces superiores a las del medio marino.
 En el conjunto del continente europeo, la salinización relacionada con la actividad humana es cada vez más preocupante, pero faltan aún directivas de regulación.
 El exceso de sal en los sistemas fluviales genera un grave impacto ecológico, económico y de salud global, en algunos casos relacionado con la concentración de carcinógenos en el medio acuático o bien de metales liberados por la corrosión de tuberías. Además de empobrecer los valores sistémicos de los ecosistemas naturales, la salinización también encarece el proceso de potabilización del agua de consumo.
 Uno de cada tres ríos en todo el Estado

La salinización afecta de forma directa a la biodiversidad y el funcionamiento de los ecosistemas acuáticos, «pero todavía nos falta mucha información básica a escala de organismos, comunidades y ecosistemas para poder predecir sus efectos», explica Miguel Cañedo-Argüelles, investigador posdoctoral del Departamento de Biología Evolutiva, Ecología y Ciencias Ambientales de la UB y miembro del Centro Tecnológico BETA–TECNIO de la Universidad de Vic - Universidad Central de Cataluña (UVic-UCC). «Solo cuando podamos disponer de esa información de base, podremos elaborar modelos eficaces que nos permitan anticipar y mitigar los efectos de la salinización en los ecosistemas acuáticos», añade.
 El mapa de los ríos afectados por la salinización en la Península —un tercio de todos los sistemas fluviales en la actualidad— será cada vez más extenso, según revela el nuevo trabajo, que analiza las causas principales de la salinización y elabora predicciones futuras en los escenarios del cambio climático y los distintos usos del suelo.
 Las actividades de minería, agricultura y ganadería y los cambios en el régimen de precipitaciones —que limitan la capacidad de dilución de sales en los ríos— se perfilan como las principales amenazas sobre la salud medioambiental de los ríos en materia de salinización.
Cuando la fauna acuática se colapsa por el exceso de sales
 Algunos organismos mueren por la exposición a un medio acuático con exceso de concentración salina. Los expertos investigan cómo la fisiología de los insectos acuáticos se altera en ríos salinizados, ya que deben modificar el metabolismo para regular la presión osmótica interna y adaptarse a las condiciones ambientales. Ese proceso de adaptación tiene un elevado coste energético y puede afectar a las funciones vitales y causar el colapso de los organismos (incluso en aguas con concentraciones salinas tolerables).
 Los autores también analizan si otras especies de insectos acuáticos —más habituados a la salinidad alta— suelen habitar los ríos salinizados porque no toleran las aguas con menos sales o por otros motivos. Todo indica que estas especies «salinas» toleran perfectamente las aguas poco salinizadas, pero parece que colonizan los hábitats más extremos para evitar competidores y depredadores. Según las conclusiones, la respuesta de los insectos acuáticos a las condiciones del medio varía según avanza el gradiente de salinidad: en ríos con altas concentraciones de sales, la población se empobrece y disminuye el número de especies, mientras que en ríos con menor salinidad los organismos salinos son sustituidos por especies de agua dulce.
 Cambios en el paisaje del bosque de ribera
 El paisaje típico del bosque de ribera también se altera por efecto de la salinización. A mayor concentración de sales en el medio acuático, menor actividad de descomposición de la hojarasca que proviene del bosque como resultado de la reducción de la población de insectos que se alimentan de ella.

También cambian las condiciones de palatabilidad de las hojas de la vegetación de ribera —los árboles absorben las sales disueltas—, lo que también podría afectar a la fauna acuática. En paralelo, hongos y bacterias parecen mostrar mecanismos para mantener su eficacia fisiológica en ríos con altos niveles de sales.
¿Cómo podemos modificar la respuesta de los ríos salinizados?
 El nuevo trabajo también revisa cuáles son los efectos que pueden modificar la respuesta de los sistemas acuáticos a la salinización. «Hay tres factores fundamentales que deben tenerse en consideración», recuerda Miguel Cañedo-Argüelles. «En concreto, la sinergia con otros factores que pueden interactuar con la salinización (aumento de temperatura, contaminación por metales, etc.); la composición iónica del agua —diferentes iones tienen distinta toxicidad—, y los factores biogeográficos (ríos no salinizados en las proximidades que pueden servir de fuente de organismos colonizadores) y evolutivos (la generación de poblaciones de organismos resistentes a las concentraciones elevadas de sales)».
 Es urgente limitar las concentraciones límite de iones en los ríos
 La expansión de las minas de sal en Alemania durante los años 50 tuvo un impacto dramático sobre la ecología de los ríos (en especial, en el Werra y el Wupper).
 El nuevo trabajo revela que estos episodios de salinización extrema en ecosistemas acuáticos en Alemania —revisados en la bibliografía científica por Schulz y Cañedo-Argüelles— causaron la mortalidad masiva de poblaciones de peces y el afloramiento de algas tóxicas, entre otros impactos medioambientales. En la actualidad, algunos países como Australia y Estados Unidos han hecho algunos avances para regular el nivel de salinización en los ríos, pero el nivel de protección es aún insuficiente.
«Se hace evidente que la legislación actual sobre la salinización de los ecosistemas acuáticos es demasiado laxa e incompleta y aún faltan medidas de gestión efectivas», subraya Cañedo-Argüelles. «La medida de gestión más importante y urgente es establecer concentraciones límite de iones en el agua para proteger la biodiversidad y la salud de los ecosistemas acuáticos».
Será necesario potenciar la colaboración de todos los agentes implicados para activar acciones preventivas y de gestión adecuadas y preservar así la salud medioambiental de los sistemas fluviales amenazados por el grave problema de la salinización, alertan los expertos.

Fuente www.dicyt.com

domingo, 2 de diciembre de 2018

El vertido de residuos plásticos a los océanos se triplicará en el 2040 si no se actúa

https://www.lavanguardia.com/natural/20200724/482476613442/plasticos-pew-vertidos-plasticos.html El 41% de estos residuos tienen una gest...