Los dos sistemas de regadío tradicionales todavía vigentes en la
actualidad provienen de la época musulmana, además de las canalizaciones de
agua o acequias, por las que corría el agua de los ríos o de los manantiales,
sirviéndose de los desniveles del suelo. En la utilización de las aguas
fluviales emplearon los azudes o presas, y los alquezares o cortes.
Para sacar el agua de pozos, ríos o fuentes, manantiales se utilizan diversos medios: la polea, el
torno de mano horizontal, el cigüeñal y las ruedas elevadoras.
A partir del siglo X proliferan por toda la geografía de al-Andalus las
norias accionadas por energía hidráulica “naura”, se destinaban a la elevación
de agua, al manejo de molinos para la industria textil y la fabricación de
papel.
Noria cordobesa |
El término noria proviene del árabe nā´ūra y se
refiere a todos los artilugios para la elevación de agua compuestos de ruedas.
Se distingue entre las norias de corriente, ruedas verticales sin
engranajes situadas en ríos o canales accionadas por el agua también llamadas
en algunas zonas aceñas , y norias de sangre, accionadas por
tracción animal que se utilizan para elevar aguas captadas a través de pozos de
hasta 10 m de profundidad. Estas norias tienen una mayor complejidad que las de
corriente pues requieren conocer la transmisión de fuerzas a través de
engranajes y de ahí que Caro Baroja (1954) las considere la verdadera invención
de los árabes. Glick (1979) señala que la noria andalusí no está relacionada
con la típica noria bereber del norte de África. Más bien tanto la propia noria
como los cangilones están inspirados en el modelo sirio. A su vez, los
andalusíes introdujeron este tipo de noria en Marruecos así como en las tierras
cristianas a través de la migración de los agricultores mozárabes.
Otro procedimiento de captación de recursos hídricos es la presa de
derivación o azud que, construida transversalmente en un río permite
acumular agua, elevar su nivel y derivarla a una acequia o canal de
distribución usada principalmente para riego. Como ya se ha mencionado, en el
sureste árido español eran frecuentes los diques temporales o boqueras en
corrientes efímeras aunque desde épocas anteriores a la islámica. El término
árabe azud ha tenido más connotación de derivación de agua antes que de
acumulación y retención para lo que es más apropiado el vocablo de presa.
Azud principal en Murcia |
Lo que posibilitó la utilización de las norias para la extracción de
agua de los pozos fue sustituir la fuerza motriz del agua por la de las bestias de carga, lo que
permitió accionar la máquina sin necesidad de la existencia de agua corriente.
No era fácil construir el mecanismo de rueda y piñón que convierte el
movimiento horizontal en un giro vertical. Los carpinteros construían las dos
ruedas con maderas de diferente dureza para que la más débil actuara como
fusible de cualquier accidente mecánico y pudiera ser fácilmente sustituible.
Para la distribución del agua de regadío se desarrollaron complejas y
extensas redes de acequias que se dividían sucesivamente en conducciones
menores en una estructura arborescente hasta llegar a cada uno de los predios
que regaban y así alcanzar grandes extensiones de regadío intensivo.
Si la captación se hacía en una corriente de agua, a veces era necesario
recurrir al azud para la derivación hacia el canal. Acequia o noria que se
encargaba de conducir o elevar el agua.
La clasificación de las aguas que realizaban los tratadistas musulmanes
se basaba en un criterio de procedencia a partir del cual establecen cuatro
grupos diferentes: lluvia, ríos, pozos y fuentes, cada una de ellas con sus
propiedades y efectos sobre los cultivos. La clave para aumentar la superficie de regadío era el aprovechamiento
óptimo de los recursos existentes, en las zonas donde estos recursos eran más
escasos, las aguas de los baños eran reutilizadas después para el riego. Tal es
el caso de los baños de Alhama de Murcia, que ya a mitad del siglo XIII servían
para regar las tierras de la alquería, práctica que se ha mantenido hasta
ahora.
En la huerta murciana se utilizaban también unas ruedas elevadoras
conocidas como “dawlab” nombre de origen persa. El término “saniya” se
destinaba a la noria de sangre, ya conocida por los romanos y también difundida
en al-Andalus por los árabes. Se dice que fueron los sirios quienes las
trajeron ya en el siglo XIII. Ar-Razi nos habla del sistema de regadío del
Segura, muy similar al del Nilo en Egipto. La palabra aceña viene del árabe
aceniya, derivando en el Levante en ceña, sini, senia, saniya o noria de sangre
y tienen un gran interés porque se le pueden acoplar bestias de tiro y llegar a
elevar gran cantidad de agua.. Eran construidas por los maestros ceñeros,
normalmente en madera de morera, estableciendo un sistema de engranajes entre
la rueda y la contrarueda que permitían elevar el agua de distintas profundidades
sin modificar más que la longitud del rosario de canguilones. Se situaban en
puntos sin aguas superficiales o en pozos excavados junto a brazales. Otras similares y más simple fueron el arte y el ceñil.
Noria de sangre Pozo de los Frailes. Cabo de Gata Almería |
La rueda de corriente baja, noria, ñora o añora consiste en disponer una
estructura radial de madera, en cuyo perímetro, en la dirección de los radios,
se colocan unas paletas de madera, planas y rectangulares. Los musulmanes
fueron grandes difusores de un procedimiento creado por ingenieros helenos, en
el siglo VI antes de Cristo, como el ingeniero griego Eupalinos.
De reconocida transcendencia, la teoría del sifón, ya conocida en una
provincia de España, ocho siglos antes de que se presentara en España como una
auténtica novedad.
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