Los Salineros, campesinos de lo salado. Las surgencias
salinas
En tierras de
campiña hay cientos de arroyos salados que han alimentado un buen número de
salinas de interior de España. La mayoría de estas salinas han ido
desapareciendo ahogadas por la producción de la sal marina o el avance de la
técnica que abandonó la sal como conservante de alimentos por el frío y el
vacío. De las salinas antiguas apenas quedan los restos de piletas y casas
rotas de tapia y teja del salinero.
La sal, el único mineral comestible.
Las aguas subterráneas drenan una estructura salina subterránea (Diapiro salino) y surgen al exterior mediante manantiales salinos.
El río Muera en Añana es un río de salmuera del que se extrae este mineral
culinario,
y aunque hay muchas salinas en ríos salados, las de Añana son excepcionales por
varias razones.
Los romanos aprovecharon este
yacimiento y fundaron Salionca, una ciudad cercana para organizar la producción
salífera, pero se han
encontrado restos mucho más antiguos de cerámica que se utilizaba para cocer la
salmuera, posteriormente rompían la vasija y quedaba en un
bloque, así era fácil de transportar y era práctico para negociar. En la antigüedad el mejor modo de
conservar alimentos era la salazón, de este modo los pescados llegaban
comestibles al interior e, incluso, a veces hasta el puerto. El
bacalao se pescaba tan lejos que no era posible que llegara en buen estado a
tierra firme sin salarlo. Este
valor del cloruro sódico convirtió en dinero: los romanos pagaban con sal a sus
soldados, de ahí el término “salario“. Francia hizo mucho
dinero con ella, e incluso
hubo rutas de sal, una cruzaba el Sáhara en busca de trocarla por el oro y las
frutas del África negra.
Ser salinero fue rentable hasta los años 60 del siglo XX pero, después, el progreso, fue
acabando con esta extracción y se degradaron tanto que estaban hundidas casi
completamente. Era una pena que se
perdiera un yacimiento que había sido explotado desde la Prehistoria.
Luego llegarían los romanos y, ya en el
siglo XII, este enclave dará origen a la primera villa vasca. Debido al
valor de la sal los reyes, la nobleza y la iglesia intentaron controlarlo, y se estableció el monopolio de la sal, que
pasó a ser controlada por la Corona.
Las Saladas de Sástago-Bujaraloz
Son un
complejo lagunar considerado como el más
extenso e importante de Europa, siendo un caso único por sus particularidades
geomorfológicas, geoquímicas, hidrológicas, ecológicas y paisajísticas en el
contexto de Europa occidental. Además, se conservan los restos de las
diferentes construcciones relacionadas con la extracción y manejo de la sal,
tan necesaria para la conservación de alimentos en los siglos XVII y XVIII.
El complejo
de humedales se localiza en los términos municipales de Sástago y Bujaraloz, en
las comarcas de la Ribera Baja del Ebro y los Monegros. Se trata de un conjunto
de lagunas endorreicas, temporales y salinas, Los organismos que viven en las
salinas están adaptados a las lluvias escasas y a las temperaturas extremas,
con una gran amplitud térmica acentuada por los vientos predominantes Entre
los moradores destacan los invertebrados acuáticos, que han adaptado su
ciclo a la presencia de agua, en un increíble ejemplo de adaptación al
medio. Zorros, lagartos ocelados, conejos o el pequeño lirón careto se
dejan ver por el entorno.
Salineros de Poza de la Sal
Fue el centro
abastecedor de sal de la Castilla interior. Poza de la Sal, en la Bureba
burgalesa, convocaba en tiempos pasados multitud de arrieros y carreteros que
abastecían los alfolíes de toda Castilla la Vieja.
Sus tres almacenes de buena cantería y su edificio de administración de salinas atestiguan la importancia de este recurso económico administrado en otro tiempo por la hacienda pública.
En el siglo
XX, convertido en recurso privado, dio de comer a muchos vecinos de Poza, la
gente más humilde, para un trabajo duro y mal retribuido. Las fuentes de agua
salada del diapiro pozano llenaban los pozos de las diferentes eras.
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