miércoles, 19 de marzo de 2014

Los Salineros

Los Salineros, campesinos de lo salado. Las surgencias salinas

En tierras de campiña hay cientos de arroyos salados que han alimentado un buen número de salinas de interior de España. La mayoría de estas salinas han ido desapareciendo ahogadas por la producción de la sal marina o el avance de la técnica que abandonó la sal como conservante de alimentos por el frío y el vacío. De las salinas antiguas apenas quedan los restos de piletas y casas rotas de tapia y teja del salinero.

La sal, el único mineral comestible. Las aguas subterráneas drenan una estructura salina subterránea (Diapiro salino) y surgen al exterior mediante manantiales salinos. El río Muera en Añana es un río de salmuera del que se extrae este mineral culinario, y aunque hay muchas salinas en ríos salados, las de Añana son excepcionales por varias razones.


Los romanos aprovecharon este yacimiento y fundaron Salionca, una ciudad cercana para organizar la producción salífera, pero se han encontrado restos mucho más antiguos de cerámica que se utilizaba para cocer la salmuera, posteriormente rompían la vasija y quedaba en un bloque, así era fácil de transportar y era práctico para negociar. En la antigüedad el mejor modo de conservar alimentos era la salazón, de este modo los pescados llegaban comestibles al interior e, incluso, a veces hasta el puerto. El bacalao se pescaba tan lejos que no era posible que llegara en buen estado a tierra firme sin salarlo. Este valor del cloruro sódico convirtió en dinero: los romanos pagaban con sal a sus soldados, de ahí el término “salario“. Francia hizo mucho dinero con ella, e incluso hubo rutas de sal, una cruzaba el Sáhara en busca de trocarla por el oro y las frutas del África negra.

Ser salinero fue rentable hasta los años 60 del siglo XX pero, después, el progreso, fue acabando con esta extracción y se degradaron tanto que estaban hundidas casi completamente. Era una pena que se perdiera un yacimiento que había sido explotado desde la Prehistoria. Luego llegarían los romanos y, ya en el siglo XII, este enclave dará origen a la primera villa vasca. Debido al valor de la sal los reyes, la nobleza y la iglesia intentaron controlarlo, y se estableció el monopolio de la sal, que pasó a ser controlada por la Corona.


Las Saladas de Sástago-Bujaraloz
Son un complejo lagunar  considerado como el más extenso e importante de Europa, siendo un caso único por sus particularidades geomorfológicas, geoquímicas, hidrológicas, ecológicas y paisajísticas en el contexto de Europa occidental. Además, se conservan los restos de las diferentes construcciones relacionadas con la extracción y manejo de la sal, tan necesaria para la conservación de alimentos en los siglos XVII y XVIII.


El complejo de humedales se localiza en los términos municipales de Sástago y Bujaraloz, en las comarcas de la Ribera Baja del Ebro y los Monegros. Se trata de un conjunto de lagunas endorreicas, temporales y salinas, Los organismos que viven en las salinas están adaptados a las lluvias escasas y a las temperaturas extremas, con una gran amplitud térmica acentuada por los vientos predominantes Entre los moradores destacan los invertebrados acuáticos, que han adaptado su ciclo a la presencia de agua, en un increíble ejemplo de adaptación al medio. Zorros, lagartos ocelados, conejos o el pequeño lirón careto se dejan ver por el entorno.

Salineros de Poza de la Sal
Fue el centro abastecedor de sal de la Castilla interior. Poza de la Sal, en la Bureba burgalesa, convocaba en tiempos pasados multitud de arrieros y carreteros que abastecían los alfolíes de toda Castilla la Vieja. 

Sus tres almacenes de buena cantería y su edificio de administración de salinas atestiguan la importancia de este recurso económico administrado en otro tiempo por la hacienda pública.
En el siglo XX, convertido en recurso privado, dio de comer a muchos vecinos de Poza, la gente más humilde, para un trabajo duro y mal retribuido. Las fuentes de agua salada del diapiro pozano llenaban los pozos de las diferentes eras.

Con cigüeñales, el agua salada era sacada por los salineros, a pleno sol, esparciendo periódicamente una lluvia del agua salina con grandes cucharones sobre las eras. La evaporación y cristalización de la sal era obra paciente del sol veraniego, y la distribución y venta, asunto de cada familia, que salía, acabado el verano, a vender su producto por los pueblos. La producción de sal dejó de ser rentable en Poza. Los viejos salineros hace mucho tiempo que abandonaron la era.



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