Los
Barqueros
El Guadalquivir,
río que separa Sevilla de Triana, ha sido un elemento importante en la
vida ordinaria de la gente. Especialmente tiempo atrás, había en él un tráfico
continuo y el río estaba lleno de actividad.
Tal era la
importancia de esta actividad, que ya en la época islámica (cuando Triana era
sólo una alquería, un núcleo de población menor dedicada a la actividad
agrícola y ganadera y cuyo paisaje verde de exquisitos frutos hicieron famosa a
la Vega de Triana), ya existían ordenanzas para reglar dichas actividades
como el transporte de personas o mercancías, e incluso ordenanzas para
preservar las aguas de la contaminación y embellecer la ribera.
La figura
fundamental de este trajín era el barquero.
Orilla de Triana
|
Los barqueros eran
hombres que se ganaban la vida honradamente a base de horas y horas,
algunas veces intempestivas, remando en un río que corría no siempre con buenas
maneras. Bregaban con el tiempo, las mareas y con las subidas e inundaciones.
En las proximidades
de las puertas que daban al río existían embarcaderos donde se podía encontrar
transporte. Suponemos que el servicio más solicitado sería cruzar el río en
dirección a Sevilla y viceversa, tanto de personas como de mercancías, sobre
todo en la época en que no existía el puente de barcas.
Para proteger este
tránsito y a la ciudad, se levantó una ciudadela con poderosas torres a cuya
sombra vinieron a laborar pescadores y artesanos.
La actividad de
barquero siguió muy demandada hasta épocas recientes ante la falta de
puentes en Sevilla ya que, aunque el puente de barcas fue sustituido
por el de Isabel II, hasta agosto del año 1931 no
se se terminó de construir el Puente de San Telmo.
Los barqueros
entonces cambiaron su oficio por los de pescadores de albures, sábalos o
anguilas que de todo había en el Guadalquivir.
La figura del
barquero y su barca dio origen a la conocida cancioncilla aquella
de:
“Al pasar la
barca
me dijo
el barquero:
-Las niñas
bonitas
no pagan
dinero.
-Yo no soy
bonita,
ni lo quiero
ser,
con que mi
dinero
me lo toma
usted”
Esas niñas
bonitas a las que se refiere la coplilla no son otras que las cigarreras
trianeras que cruzaban en barca para ir a la Fábrica de Tabacos y
no tener que dar la vuelta por el Puente de Triana.
Cigarreras cruzando el Guadalquivir |
Un Manzanares surcado
por barcas es una imagen que cuesta imaginar. Aún así, diferentes
investigadores sostienen que, en algunos momentos puntuales de la historia,
hubo dispuesta una barca para poder cruzar la corriente.
Cabe entender que ello fuera así en la Edad Media, antes de que se edificara la Puente Segoviana, precedente del actual Puente de Segovia, e incluso, una vez en pie, cuando se producían roturas en la estructura por crecidas.
Cabe entender que ello fuera así en la Edad Media, antes de que se edificara la Puente Segoviana, precedente del actual Puente de Segovia, e incluso, una vez en pie, cuando se producían roturas en la estructura por crecidas.
En los siglos XVIII y
XIX, la navegación fue posible gracias al Real Canal del Manzanares, que
comunicaba fluvialmente el Puente de Toledo con la localidad de Vaciamadrid.
Fue utilizado, de modo preferente, para el transporte de materiales de
construcción, en especial yesos
Barquero de Escatrón |
Recuerdo que, cuando
era pequeño, en Escatrón Zaragoza), como muchos otros pueblos, para cruzar el
río, había que contactar con el barquero ya que era imposible cruzarlo sino era
a través de uno de los muchos pontones instalados en el Ebro ya que no existían
puentes. Esto duro hasta la década de los 70 que se construyó un puente
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