Agua pública o privada, la
batalla social. El Confidencial (05.08.14)
Grecia ha sido el último escenario. Las ciudades de Atenas
y Salónica, las más grandes del país, acaban de sumar una victoria a favor de la gestión pública del agua. En tiempos de
austeridad económica, de recortes en gasto y privatizaciones, la batalla por el
agua del grifo ha convertido Europa en uno de sus tableros más importantes.
Mientras las recomendaciones de la troika muestran el camino de la
privatización, en países como Portugal, España, Italia y Grecia, los movimientos ciudadanos logran avances en sentido inverso.
La Iniciativa 136
proponía comprar el 40% de las acciones de EYATH, la compañía pública que
gestiona el agua y el saneamiento de Salónica. Se denomina ‘Iniciativa 136’
porque esos serían precisamente los euros que pagaría cada persona con
contador, logrando así una gestión pública y cooperativa de una empresa
eficiente y saneada económicamente (en 2011 obtuvo 20
millones de euros en beneficios). “Si el Gobierno quiere el dinero, aquí
estamos nosotros ofreciéndolo”, resume a El Confidencial el presidente del
sindicato de agua de la segunda localidad griega, Yiorgos Archotopoulos.
En tiempos de austeridad, de recortes y
privatizaciones, la batalla por el agua del grifo ha convertido Europa en uno
de sus tableros más importantes. Mientras las recomendaciones de la troika
muestran el camino de la privatización, en países como Portugal, España, Italia
y Grecia, los movimientos ciudadanos logran avances en sentido inverso.
Hubo que recurrir a una
consulta popular. Y el pasado 18 de mayo, la ciudadanía helena dio la espalda a
la propuesta de privatización defendida por su Ejecutivo, en lo que Archotopoulos
califica como “un mensaje político claro”. Finalmente, el Consejo de Estado anunció que el cambio de gestión era ilegal. El
resultado se suma al logrado en Atenas también en mayo, cuandola Corte Suprema
dictaminó que la conversión de una empresa de agua pública en privada iba en
contra de dos artículos de la Constitución, concretamente, de los que hablan de
la protección de la salud de la ciudadanía.
¿Agua pública o privada?
Los movimientos en uno y otro sentido se están acentuando en los últimos años
dentro de la Unión Europea. La ola privatizadora que recorrió América Latina en
los años 90 está teniendo su reposición en los países más débiles
financieramente del viejo continente. “El agua aún es mayoritariamente pública en Europa, las excepciones son Reino
Unido y, cada vez más, España y Portugal”, recuerda a este diario el
responsable de comunicación y enlace con el Parlamento Europeo de la Federación
Sindical Europea de Servicios Públicos (EPSU, en sus siglas en inglés), Pablo
Sánchez.
Una oportunidad de inversión
El oro azul, calificado por primera vez como un bien
económico en la Conferencia de las Naciones Unidas para el Agua y el Medio
Ambiente, celebrada en Dublín en 1992, ha generado a
su alrededor un gran mercado que se basa en su escasez. “La desalación y el
reciclaje son áreas en las que se prevén importantes progresos. Los derechos de
propiedad, la infraestructura y la tecnología ofrecen un atractivo potencial
desde el punto de vista de la inversión. El agua generará un creciente número
de oportunidades de inversión en el futuro. De hecho, podría convertirse en uno de los grandes argumentos de inversión
en el siglo XXI”, recoge un informe de una empresa de fondos de
inversión publicado en 2010.
Protesta contra los
planes del Gobierno heleno para vender parte de una compañía pública (Reuters).
El debate rezuma tintes
monetarios. “Frente a la falta de liquidez, es algodemasiado jugoso como para dejarlo pasar”, apunta Sánchez. “La
solución que proponen es vender aquello que vale dinero y que es eficiente. Las
empresas se hacen con un mercado sin competencia local y con un usuario
seguro”, añade el gerente de la Asociación Española de Operadores Públicos de
Abastecimiento y Saneamiento (AEOPAS), Luis Babiano. Al respecto, el profesor
emérito de Economía Aplicada de la Universidad de Zaragoza Pedro Arrojo, recuerda que este sector es un “monopolio natural”, es decir, la
competencia sólo es posible durante la primera fase de concurso público, lo que
significa competencia durante la concesión pero no después.
Desde 2010 el debate
tiene también un enfoque de derechos humanos. Ese año la Asamblea General de
las Naciones Unidas aprobó que el acceso al agua y al saneamiento es un derecho
humano. Aunque sólo algunos países lo han incluido de manera clara en su
legislación nacional, ninguno de ellos europeo.
Dos gigantes controlan España
En España la tendencia es clara: si en
1996 el 63% de la población española era abastecida por servicios públicos de
agua, ahora el porcentaje es inferior al 50%Referéndums como el de
Salónica se han realizado en otros puntos del continente, como sucedió en
Madrid y en Berlín. La consulta más importante, por su dimensión nacional, fue
laorganizada por el Gobierno italiano en
2011: la población dijo ‘no’ a una norma que pretendía acabar con la gestión
pública del servicio de suministro de agua, pues exigía su adjudicación a
empresas privadas o compañías mixtas con al menos un 40 por ciento de capital
privado.
En Alcázar de San Juan
(Ciudad Real), el proceso sigue adelante a pesar de la oposición popular y Aqualia controlará el 52% de las acciones durante 25 años. Privatizaciones
similares se han llegado a cabo recientemente enCandeleda (Ávila) o en el Puerto de Santa María (Cádiz). Y es que, en
España la tendencia es clara: si en 1996 el 63% de la población española era
abastecida por servicios públicos de agua, ahora lo está menos del 50%. La
“Ley de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera de los ayuntamientos
limita el nivel de deuda y el déficit público para las administraciones, lo que
está conduciendo a acelerar aún más las privatizaciones”, explica Babiano.
Además, el sector privado español está controlado en un 90% por dos empresas, Agbar y FCC, pertenecientes
respectivamente a Suez y Veolia, los dos emporios mundiales del sector, ambos
franceses.
Manifestación en Alcázar
de San Juan en contra de la privatización del agua (Efe).
Hay que viajar hasta el
Reino Unido para buscar los precedentes europeos. Fue Margaret Thatcher quien,
en 1989, permitió la entrada de capital privado y autorizó el incremento del
precio por encima de la inflación, generando en tan solo una década un aumento
medio en las facturas del 95 por ciento. Dos millones de hogares dejaron de
pagar sus recibos en un año unos y, en 1994, 12.500 familias de Inglaterra y
Gales sufrieron cortes de suministro. Tres años más tarde, el Gobierno prohibió
la desconexión por falta de pago. Es el mismo problema que ha resurgido en los
últimos años en el Sur de Europa: 42.000 familias
portuguesas sufrieron cortes de agua por falta de pago el año pasado.
‘El agua generará un creciente número de
oportunidades de inversión en el futuro. De hecho, podría convertirse en uno de
los grandes argumentos de inversión en el siglo XXI’A pesar de los últimos
movimientos privatizadores en Europa, Babiano sostiene que la tendencia mundial es la remunicipalización, la vuelta a manos
públicas. Y ofrece datos: en todo el mundo sólo el diez por ciento de las 400
ciudades más grandes son privadas; y en los últimos 14 años la gestión ha
vuelto a manos públicas en más de un centenar de ellas. Atlanta, Indianápolis,
Berlín, Budapest, Buenos Aires, La Paz, Johannesburgo o Dar-es-Salaam son
algunos ejemplos. Grenoble será el próximo de la lista.
El más simbólico es el
caso de París, donde el nuevo operador público Eau de Paris, que permite a los
usuarios evaluar el servicio, logró en su primer año de funcionamiento 35 millones de euros de beneficios con bajada de tarifas. También hay casos en
España: Torrelavega (Cantabria), Ermua (Vizcaya), Arteixo (La Coruña), Manacor
(Mallorca), Medina Sidonia (Cádiz), Arenys de Munt (Barcelona) o Lucena
(Córdoba).
La primera Iniciativa Ciudadana Europea
“El objetivo es declarar el acceso al agua y al
saneamiento un derecho humano en la legislación europea y, por consecuencia, en
las legislaciones nacionales, para asegurar de ese modo una gestión pública,
democrática, transparente y ecológica”. Así explica Pablo Sánchez el objetivo
de la primera Iniciativa Ciudadana Europea (ICE) que ha resultado exitosa. Fue
precisamente EPSU quien promovió la propuesta, a la que pronto se sumó el
movimiento ciudadano y social por el agua en Europa en la campaña
‘Right2Water’. La recogida de firmas exigía cuotas por países y unos mínimos
rigurosos para tener validez.
‘El agua aún es mayoritariamente pública
en Europa, las excepciones son Reino Unido y, cada vez más, España y Portugal’,
recuerda a este diario Pablo Sánchez, de la Federación Sindical Europea de Servicios
PúblicosAnte un apoyo nunca antes visto, la
Comisión Europea dio el visto bueno a la ICE, el pasado mes de marzo: “La calidad, la
infraestructura, el saneamiento y la transparencia resultarán beneficiados, en
favor de los pueblos de Europa y de los países en desarrollo. Felicito a los
organizadores por su éxito”, afirmó el por entonces vicepresidente europeo
Maroš Šefčovič. Fue una respuesta tibia que no convenció a The European Water
Movement, colectivo que reúne a casi una treintena de organizaciones europeas.
Sánchez analiza el resultado como un vaso medio lleno
o medio vacío: “La ICE puede suponer todo o nada, dependerá de cómo los actores
locales, regionales y nacionales sobre el terreno la utilicen. Por lo pronto,
ningún Estado puede decir que es Bruselas quien les obliga a liberalizar y a
privatizar, ni por legislación ni a través de tratados de libre comercio. Son
los gobiernos los que quieren vender el agua y el saneamiento. Ahora la
movilización debe de darse a escala local”.
La última novedad es la consulta pública que ha lanzado la Comisión sobre la política del
agua potable de la Unión Europea, para estudiar dónde pueden introducirse
mejoras. “Tenemos que mirar a los retos del futuro y dar
respuesta a las preocupaciones planteadas en esta ICE. Esto significa seguir
con el diálogo promovido por los ciudadanos y escuchar las expectativas de los
consumidores y otras partes interesadas a la hora de elaborar la legislación
sobre el agua potable en el futuro”, ha concedido el último comisario de Medio
Ambiente, Janez Potočnik.
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Marte
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