• “El agua es la causa principal de conflictos, migraciones, degradación ambiental, desigualdad y crisis económicas”, señaló el lunes Amina Mohammed, vicesecretaria general de Naciones Unidas
• Carin Jämtin coincide con ella. La directora general de la Agencia Sueca de Desarrollo y Cooperación Internacional aprovechó para recordar que las infraestructuras de agua y saneamiento son blancos de ataques durante los conflictos, al mismo tiempo que se niega de manera deliberada el acceso a agua limpia en muchos lugares del mundo. “La falta de agua potable es una de las armas de guerras que más mata”, señaló.
• La directora ejecutiva adjunta de ONU Mujeres, Åsa Regnér, subrayó cómo esta situación afecta de manera especial a mujeres y niñas. “Solo en África Subsahariana, gastan 40.000 millones de horas cada año en recolectar el agua, el equivalente a un año laboral de la entera fuerza de trabajo de Francia”
• “Está claro que estos problemas nos atañen a todos. La escasez del agua se ha convertido en la nueva normalidad en muchas partes del mundo”, sostiene Torgny Holmgren, director ejecutivo de Siwi.
• “Las infraestructuras tradicionales ya no responden como se espera de ellas ante el cambio climático”, asegura Sergio I. Campos G., jefe de la División de Agua y Saneamiento del Banco Interamericano de Desarrollo. “Deberíamos haber confiado más en las soluciones naturales, combinándolas con la llamada infraestructura gris”, “Hay que repensar lo que creíamos que era lo correcto. Nos hemos ido al otro extremo”
• “Las infraestructuras verdes pueden prestar servicios muy valiosos”, señala Alvar Closas, experto del International Water Management Institute. “Pero no sirve de nada disponer de estas soluciones si no se gestiona de manera correcta el tema de las aguas subterráneas
• “El control de la contaminación y la protección del medio no tienen que entenderse simplemente como un coste para la sociedad”, explicó el profesor Bruce Rittmann de la Universidad pública de Arizona (EE UU), ganador del Premio del Agua de Estocolmo